Frente a la preocupación por las situaciones de violencia en los centros educativos, se llevó a cabo en UTU el evento “Diálogos sobre hechos de Violencia”, un espacio de reflexión sobre la realidad que atraviesan tanto estudiantes como docentes.

La actividad contó con la presencia de la directora general de UTU, Virginia Verderese, el presidente de Codicen, Pablo Caggiani, e integrantes de la Asociación de Funcionarios de UTU (AFUTU), entre otras autoridades.

Durante el encuentro, se abordaron dos dimensiones claves: por un lado, la situación crítica de muchos jóvenes que llegan a los centros educativos desde contextos de alta vulnerabilidad social; por otro, las situaciones de violencia que afectan a los docentes dentro de las instituciones.

La directora general de UTU, Virginia Verderese, destacó el valor de generar espacios de trabajo en conjunto entre las autoridades educativas y el gremio docente.

«Esta propuesta surgió en la primera bipartita que tuvimos con el equipo de dirección de UTU y AFUTU. Nos parecía importante, a partir de los planteos, generar un espacio distendido de trabajo, para hablar de este tema importante y que pudiéramos escuchar», explicó Verderese.

En la reunión, se presentaron protocolos e instancias disponibles para abordar los problemas de violencia en los centros educativos.

En ese sentido, Verderese consideró que la situación de la sociedad se refleja también en las escuelas.

“Los jóvenes son lo mejor que tenemos. El tema es que la sociedad está muy compleja y, de alguna manera, nosotros recibimos una población de jóvenes en la educación que en algunos casos viven situaciones muy difíciles que estallan en los centros educativos”, explicó.

Por ello, reafirmó la responsabilidad de las instituciones en “sostener la trayectoria educativa de los chicos, y generar ambientes saludables, tanto para los estudiantes como para los docentes».

Por su parte, el presidente del Codicen, Pablo Caggiani, señaló la importancia de respaldar a los equipos de trabajo.

«A mí lo que me interesa es que los equipos se sientan respaldados, se sientan escuchados, puedan plantear las necesidades que durante algunos años hubo dificultades para plantearlas, porque en los centros es donde se juega la vida concreta de los gurises y es donde tenemos que parar la oreja”, afirmó.

Caggiani también advirtió sobre el incremento de la percepción de inseguridad entre los propios estudiantes: «Los datos son que los gurises se sienten más inseguros dentro del centro y se sienten más inseguros fuera del centro con respecto a hace unos años atrás, y eso está hablando de que estamos teniendo situaciones de convivencia o de violencia en algunos territorios, pero también está hablando de que los adultos tenemos que empezar a mirar qué cosas tenemos que hacer para que los gurises se sientan cuidados», señaló.

Remarcó la necesidad de generar entornos educativos seguros como condición fundamental para el aprendizaje.